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2 jun 2010

Falta de regulación a telefonía móvil

"La falta de una regulación efectiva por parte del Estado a las empresas que ofrecen telefonía móvil fue uno de los análisis que se hicieron durante las Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo, que comenzaron ayer y que continúan hoy en el Carmelitas Center.

Sucedió durante el panel "Concesiones de servicios públicos", en el que participaron el doctor Luis Enrique Chase Plate y el experto brasileño Romeu Enrique Bacellar Filho, con José Enrique García presidiendo la mesa.
"En estos contratos que se firman para satisfacer necesidades colectivas, lo que el Estado debe hacer es fijar las reglas de organización y funcionamiento en los servicios, no tenemos problemas en cuanto a las entidades públicas que prestan los principales servicios, pero sí veo problemas en aquellas concesiones o licencias a particulares para ciertos servicios fundamentales que todos nosotros usamos, como por ejemplo la telefonía móvil", dijo Chase Plate.

El profesor de la Universidad Nacional de Asunción explicó que la doctrina enseña que, aún cuando estas prestaciones sean hechas por particulares, tienen que tener un control efectivo del Estado; aseveración que fue reforzada por el brasileño Bacellar Filho.

"Aún cuando sea ejercido por un particular, el Estado es el titular de este servicio público", manifestó el experto, advirtiendo que no solo se trata de controlar la eficiencia, continuidad y obligatoriedad del servicio, sino también los costos y tarifas que pagan cada uno de los usuarios del servicio.

"Ninguno de nosotros podemos ver el control que el Estado ejerce sobre las diversas empresas de telefonía sin hilos, entonces aquí se plantea el fracaso de los llamados entes reguladores, que en un contexto histórico que invadió a nuestros países del neoliberalismo, nos implantó un modelo del derecho norteamericano en una realidad política social y jurídica diferente", continuó.

En este sentido, Bacellar Filho sostuvo que una vez más ha quedado demostrado el fracaso de importar modelos que funcionan bien en otros lugares pero que no resultan en nuestros países. "Las agencias son como unidades administrativas del poder central y acá no pueden funcionar, porque son verdaderos árbitros entre el Gobierno y las personas", indicó".


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